Tudela

Un susto con final feliz para Rubén Gil

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Todo iba sobre ruedas. Rubén Gil, de 23 años, estrenaba titularidad con el Lourdes esta temporada después de pasarse casi toda la anterior en el dique seco por una lesión de rodilla. Marcó el gol inicial de los verdes en Peralta y aguantó hasta la segunda parte. Entonces, cuando quedaba una media hora, comenzó a fallarle la respiración. “No me acuerdo de nada, sólo del calentamiento con el equipo”, relata por teléfono.

El lateral izquierdo del Lourdes sufriría, en forma de amnesia, las consecuencias de la hipoxia que experimentó hace 10 días en el campo del Azkoyen. Hasta que supieron qué le ocurría, pasaron muchas horas. En los primeros minutos hubo una persona que resultó fundamental: la fisioterapeuta del Azkoyen, Isabel Rubal. “Salté al campo inmediatamente. Es lo que hago siempre, con jugadores locales y rivales”, señala esta joven que también es enfermera.

Rubal estabilizó al joven futbolista tudelano, mantuvo sus constantes vitales y le tranquilizó hasta que llegó una ambulancia medicalizada que le trasladó primero a Tafalla y luego a Pamplona. “Fueron instantes de incertidumbre, porque no sabíamos si podía ser algo cardíaco. Últimamente se ven tantos casos trágicos en el deporte que llegas a pensar en lo peor”, explica Rubal.

Los médicos de Pamplona le dijeron a Rubén, horas después, que la intervención de la fisioterapeuta fue importantísima para que la cosa no hubiese pasado a mayores. “Todo el mundo me contó cuando ya estaba mejor que habían pasado momentos muy tensos”, afirma el jugador, a quien le explicaron que sus dificultades para respirar se debieron a un golpe en el pecho que le afectó al pulmón. Por suerte, todo fue un susto.