Se podría pensar, viendo el resultado, que el dominio del partido ha correspondido a Osasuna Magna de manera absoluta.
Pues nada más lejos de la verdad.
Se presentaban ambos equipos, en el Ciudad de Tudela, con muchas ganar de puntuar, y los de Irurtzun con las bajas de Asier y Araça.
El partido comenzaba con mucha intensidad, sobretodo de los locales, que enarbolaban su juego rápido y vistoso creando buenas oportunidades ante hoy un gran Edu, que paraba todo lo que le llegaba. Magna inquietaba en ocasiones a Gus pero sin demasiado peligro. Fruto de todo este juego de tensión es la quinta falta de los de Irurtzun a falta de 9’ para el descanso.
Pero la efectividad es la efectividad, y en el minuto 11’ Bynho abría el marcador y ponía de cara el partido para los visitantes.
Un minuto más tarde Rabadán Sainz pita la sexta falta de los verdes que se encarga de lanzar Sepe, pero Edu, en lo que a la postre, sería una actuación espectacular, detiene el disparo con la pierna izquierda.
Lo que es el fútbol sala, después de fallar el doble penalti los locales no consiguen acertar una ocasión de Pedro, y en la siguiente jugada Bynho, con un pase extraordinario, habilita a Llamas en el segundo palo, para que consiga el segundo de la tarde.
Ya en el minuto 16’ un “rifi-rafe” entre David y Víctor es solucionado por los colegiados con amarilla para los dos, que ya tenían una anterior, lo que supone la expulsión de ambos.
Este momento de inferioridad es aprovechado por Pato para jugar de cinco, de manera atrevida y, a mi modesto entender, acertada pero sale mal y una pérdida de balón en un error atacante, posibilita a Eric Martel que, de un disparo lejano y a puerta vacía, consiga el 0 a 3.
Como a “perro flaco todo son pulgas”, en el minuto 19’ Bynho aprovecha un rechace de Gus para, desde el suelo, ampliar la ventaja a 4 goles.
Con un ambiente en el pabellón completamente helado, a pesar de la temperatura exterior no bajaba de los 13º, los jugadores se marcharon al vestuario. Era un correctivo que no hacía justicia a lo visto en el terreno de juego. La estrategia de Pato y el juego exhibido hacía presagiar un gran partido, pero la falta de puntería local, tras ocho ocasiones manifiestas de gol y un doble penalti fallado, y el acierto y efectividad de los de Inmanol con cuatro goles de siete intentos, devolvían a la parroquia tudelana a la más cruda realidad.
La segunda parte se inició con alternancia de oportunidades, con buenas respuestas de ambos porteros, pero las prisas empezaban a ser malas consejeras para los naranjas.
En el minuto 31’ Roberto Martil, en otro partido serio del navarro, lograba finalizar una buena jugada de Bynho y subía el quinto al marcador.
Sale Rubi de cinco y, en la siguiente jugada, otra vez Bynho, consigue marcar a puerta vacía.
A falta de 3’ una parada de Gus en el borde del área es decretada como mano y le supone la expulsión. Ya no podían pasar más cosas en este partido.
Pero aún hay tiempo para que Bynho cierre una actuación para enmarcar y marque su cuarto gol, poniendo un 1 a 7 en el luminoso que es, desde todos los puntos de vista, excesivo.
En la rueda de prensa posterior la palabra que más se repetía es “finalización” y finalización es dinero. De doce o catorce oportunidades los locales han conseguido un gol, los verdes siete de diez. Eso es efectividad.
Pero el esfuerzo local ha sido extenuante, la lucha, el empeño es para enorgullecer a una afición que veía como se escapaba otro derby en casa con un resultado escandaloso.
Ahora a volver a remontar y a pensar en el desplazamiento a Palma
