Félix Milagro, quien se encargó durante 20 años de la preparación del toro de fuego en Tudela, considera “absurdo” que se pueda pensar en suprimir este acto del programa festivo, “teniendo en cuenta que es un espectáculo barato y que atrae a mucho público de diversas edades”. Milagro, tras analizar los vídeos del accidentado toro de fuego del pasado 29 de julio, cree tener la clave de lo que ocurrió, y considera que si hubiera habido una persona supervisora de este acto (antes era él quien realizaba esta función) se podría haber evitado que el portador del armazón siguiera corriendo sin darse cuenta de lo que estaba pasando, e incluso que las bengalas salieran disparadas sin control.
Milagro considera que lo que originó el accidente es un “fallo de construcción, ya que la caja donde van las bengalas, en vez de estar sujeta al armazón con alambres (como las de los toros de la Pirotecnia Zaragozana. Ésta era de una de Valencia, que es la primera vez que venía a Tudela) lo estaba con cinta adhesiva, y al arder el armazón (cosa que no es inusual y ha ocurrido otras veces) se derritió parte la cinta y la caja quedó descolgada”. Al volcarse la caja, “ y al no darse cuenta el porteador, las bengalas salieron disparadas por abajo”, indica Milagro, quien considera que si hubiese habido una persona encargada de este acto y conocedora del toro de fuego, “esto se podría haber evitado, o el susto habría sido menor, pues podía haber retirado a la gente, avisado al porteador, o antes de que comenzara el acto, podría haberse dado cuenta de que la caja de las bengalas llevaba esa cinta, más insegura que los alambres”.
Según Milagro, la creación de esa figura del supervisor del toro de fuego evitaría asimismo “que se le pongan zancadillas al que lo lleva o que alguien agarre una pata del armazón, como a veces ha ocurrido”.
