Tudela

Julio Mazarico: "Nos debemos al público y eso se nota en la selección de las películas a concurso"

El XVIII Festival Ópera Prima arranca este martes 24 de octubre. El director del Cineclub Muskaria tiene claro que debe preservar su espíritu popular y humilde.

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Junto a Sixto Iragui, Alfonso Verdoy y Pepe Romano, todos ellos motores del Cineclub Muskaria, Julio Mazarico mete unas cuántas horas en visionar películas candidatas a entrara en la sección oficial del Festival Ópera Prima. Este año fueron 30. La décimo octava edición de este certamen se inicia hoy con la presentación de los tráilers de las 7 que finalmente aspirarán a los premios, entre ellos el más prestigioso, el del público. Todas ellas tienen un denominador común: atraer a un perfil de espectador concreto en un modelo de festival que no puede perder el Norte. "Somos pequeños y debemos ser conscientes de ello", explica Mazarico.

¿Cómo es el proceso de selección de las películas?

Sixto, Alfonso, Pepe y yo vemos las películas, comentamos y valoramos. Desde el Cineclub hacemos es labor de visionado, mientras que Castel Ruiz prima el tema de la difusión y la comunicación y Luis Alegre, el director, hace la parte más importante, especialmente durante la propia semana del festival: la de las relaciones públicas y el contacto con los directores e invitados.

¿Suele haber divergencias entre ese 'comité de selección'?

A veces sí que tenemos diferencias, pero en general el criterio es claro. Nos debemos al público y eso se nota en la selección, las películas tienen que conectar con el espectador. Quizás por eso priorizamos más la ficción por encima de otros productos como el documental, que ha perdido peso en los últimos años. En las primeras ediciones había también más documentales entre las candidatas iniciales. Tampoco podemos aceptar ciertas cosas que no encajarían con el espectador tipo, quizás demasiado políticamente incorrectas. No es tampoco una autocensura pero sí una adaptación a lo que es el Ópera Prima.

¿Y cómo se define el festival?

El Ópera Prima es un festival pequeño, humilde y para la gente de Tudela. No podemos olvidar eso. A veces se ha planteado cuál era la manera de crecer, si se podía dimensionar aún más la imagen exterior que da esta semana de cine a la ciudad. Y esa imagen al exterior es muy importante pero creo que no podemos olvidar que somos el festival con el menor presupuesto del panorama nacional. El presupuesto del Ópera Prima es de 50.000 euros y, por ejemplo, el de San Sebastián es de alrededor de 1 millón.

Uno de los retos que tenemos es poder extender el festival a la Ribera; una buena fórmula sería la proyección de las películas del palmarés en cines de otras localidades

Entonces, ¿hacia dónde podría ir ese crecimiento del festival?

Uno de los retos que tenemos es el extenderlo a la Ribera, al resto de municipios de la comarca, de una forma u otra Una fórmula muy válida sería proyectar el palmarés en otros cines de la zona, algo que ya planteamos el pasado año pero finalmente no salió. No perdemos de vista esa idea y esperamos que, por ejemplo con el impulso de EDER, pueda concretarse porque sería muy enriquecedor. Por lo demás, organizar actividades paralelas como el certamen de cortos 'Ópera 2', al que se han presentado 20 obras, o e concurso de escaparates sirve para dinamizar el propio festival. Las charlas de invitados en centros escolares son otro reto a tener en cuenta. Crecer en número de espectadores o tratando de hacer secciones paralelas estás complicado, por las propias características de la ciudad. ¿Qué espacios utilizaríamos? Es difícil.

En ese sentido, ¿existe la sensación de que a veces el cine se queda pequeño?

Se queda pequeño en momentos puntuales, como son la llegada del jurado para saludar al público y, especialmente, el momento de la ceremonia de clausura. Para esa ceremonia se suele plantear que podría celebrarse en el Teatro Gaztambide. Pero sería una clausura con otro tipo de formato, con un espectáculo que incluyera música o baile o monólogos... no para una proyección. Desde el cineclub consideramos que la clausura también tiene que tener su parte cinematográfica y el Cine Moncayo lo permite.

Como cineclub, creemos que la ceremonia de clausura tiene que incluir una proyección y eso ahora mismo lo permite el Cine Moncayo y no el Teatro Gaztambide

Precisamente este año, la clausura estrena dos capítulos de una serie, una novedad en toda regla.

Sí, con la proyección de esos dos primeros capítulos de 'La Peste', que ya se dio en el Festival de San Sebastián, se ve que el paradigma está cambiando. No solo por el hecho de ser una serie, sino por la irrupción de las plataformas de pago. Lo estamos viendo con ejemplos actuales, ya sea en 'preventa' como es el caso de 'Fe de etarras', o de la 'posventa' par dar mayor difusión después de las salas, como es el caso de una película a concurso este año, 'Amar'. Al final, el problema del cine actual es siempre el mismo: cómo llegar a más gente. Y estas fórmulas se están presentando como una buena opción para muchos creadores.

El asunto de los 62,74 euros de subvención de hace unos años sirvió al Gobierno de Navarra para cambiar el 'chip' en cuanto a la financiación

La subvención de Gobierno de Navarra para esta edición asciende a 10.000 euros. ¿Es posible que desde el Departamento de Cultura se siga aumentando esa cifra?

Habría que verlo. Desde luego la evolución de la subvención ha sido buena, especialmente desde el año de los 62 euros y pico. Hubo mucha repercusión mediática y era un tema de baremos, muy técnico. Creo que aquello le valió a Gobierno de Navarra para cambiar el 'chip'. También cuando se creó el INAAC se miró más a este festival. Que se llegue al nivel de apoyo que, por ejemplo, tiene el Festival Punto de Vista, es complicado. El Punto de Vista tiene un planteamiento de festival internacional, quizás muy endogámico y más dirigido a los propios autores, y se hace un esfuerzo grande por potenciarlo a nivel de comunicación.