Tudela

Viviendas de baja huella ecológica

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La protección del medio ambiente debe comenzar en nuestra propia casa. Sin embargo, la realidad es otra. La vivienda no escapa a las tendencias consumistas actuales y cada vez deseamos tener una casa “más grande”, con un garaje “más grande”. En consecuencia, nuestro espacio vital es cada vez “más grande” lo que se traduce en una mayor huella ecológica porque a mayor superficie, mayor cantidad de material y mayor gasto energético.

Según la web de terra.org, en los últimos treinta años, el porcentaje de viviendas de entre 120 y 150 metros cuadrados se ha duplicado, en contraste con la disminución progresiva del número de ocupantes. Teniendo en cuenta que, según los expertos, una vivienda de más de 90 metros cuadrados tiene una huella ecológica un 70 % mayor que la de una casa de menor superficie, algunos países como Alemania o Noruega han empezado a proclamar con éxito los espacios pequeños y medianos. En EEUU la causa ha ido más lejos, provocado el nacimiento del primer movimiento para la defensa de las viviendas de tamaño muy reducido, el “Tiny Houses” (Casas Diminutas).

Cómo reducir el impacto

En el caso de España, la alarma ecológica se ha colado en las Cortes y el pasado 29 de marzo entró en vigor el nuevo Código Técnico de la Edificación, que introduce elementos novedosos y eficientes, desde el punto de vista energético. Según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, la nueva normativa supondrá un ahorro para cada edificio de un 30--40 % y una reducción de emisiones de CO2 por consumo de energía de un 40-55 %.

De cualquier forma, disminuir el impacto de las viviendas no implica solamente reducir el espacio ocupado a la mínima expresión. Otras medidas serían mejorar el aislamiento de las paredes y techos u optimizar los sistemas de calefacción. Y como no, optar por acondicionar ecológicamente algunas estancias de la casa como la cocina y el baño, lo quepor suerte parece dominar las tendencias actuales. A ello contribuyen las propias empresas, como es el caso de Tudela Project. Según indican desde este establecimiento de la capital ribera, “la gente está cada vez más concienciada y optan directamente por los electrodomésticos de bajo consumo, que son algo más caros pero a la larga más rentables. En los baños hay opciones como el grifo termostático de ducha. La diferencia de precio entre una cocina ecológica y una normal es de unos 600 euros”. Pero las posibilidades ecológicas son infinitas. Prueba de ello es una caseta giratoria construida por el murchantino Jesús Pérez. A partir de una grúa de obra y de vigas logró que su casa de campo pueda girar 360 grados lo que le permite un aprovechamiento máximo del sol