Tudela

Soria, otra alternativa turística

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Ágreda

N aturaleza y cultura, ambas realidades se funden en la provincia de Soria para ofrecer al visitante una alternativa turística con mucho encanto.

Los Pinares

Si algo carazteriza a Ágreda es su relación con el paisaje. Situada a las faldas del Moncayo, Ágreda es un preámbulo donde la piedra y el ladrillo se mezclan con la arboleda y el jardín. Un itinerario de arquitectura y paisaje que llevan al viajero hasta las puertas de la naturaleza y que conforman el llamado Paseo por los Jardínes y el Agua. A través de esta ruta se pueden conocer diferentes puntos de la ciudad:


- Huertas. Un paisaje de terrazas cipreses y cultivos que dan a la ciudad un sabor granadino, que recuerdan la ingienería y la cultura árabe, origen de Ágreda.


- Paseo de los molinos y cueva del moro. Agradable recorrido que bordea el peñón de la Muela, siguiendo las huertas junto al cauce del río Queiles.


- Jardín renacentista. A finales del siglo XVI, don Diego González de Castejón, regidor de Soria y Ágreda, decide construir en esta villa una nueva residencia para cumplir la voluntad de su padre, quien deseaba levantar un palacio digno de albergar a reyes y nobles. El resultado es el palacio y los jardines que hoy se pueden contemplar, recreados gracias a unos complejor estudios, y que definen un singular y único jardín, puesto que se trata de unos de los pocos palacios con jardines cosntruidos en Soria durante este siglo y teniendo en cuenta que incluso, en Castilla y León, son contados los ejemplos. Además ha sido nombrado Jardín del año 2006 por la Asociación de Amigos del Real Jardín Botánico de Madrid.


-Paseo de Inverno y Jardín Barroco de los Marqueses de Paredes. A través de un recorrido paralelo al río, se atraviesa una bóveda sobre la que se sitúa el citado jardín.


-Parque de la Dehesa. Lo que fue una antigua explotación de los Templarios hoy es una zona de recreo que presenta la mayor alineación de Castaños de Indias de Europa.


Éste es sólo uno de los cinco paseos que ofrece la ciudad para descubrir la esencia de esta Tierra de Fronteras.

Sierras, monte, valles, laderas y algo de campo se suceden en un paisaje uniforme y a la vez variopinto y diverso del que el poeta Antonio Machado decía: “Castilla, de largos ríos, tiene un puñado de sierras entre Soria y Burgos, como reductos de fortaleza, con yelmos crestonados y Urbión es una cimera...”. Y es que el Urbión es un monumento a la majestuosidad de la comarca, donde además nace el río Duero. La zona más visitada de la zona es, sin duda alguna, La Laguna Negra, circo glaciar bello durante todo el año, de aguas frías y cristalinas. Rodeada de unas montañas cortadas en seco que hacen que el agua parezca oscura y tenebrosa haciendo de éste, un lugar enigmático, envuelto por leyendas fascinantes.

Burgo de Osma

Oradado entre rocas, pinos y enebros, un cañón de 17 kilómetros de longitud, el de Río Lobos, surca una amplia superficie, uniendo dos zonas, la sierra y el campo con el río Lobos como hilo conductor. En el epicentro de este recorrido sobrevolado por buitres y acompañado de una flora exuberante y una fauna peculiar, se encuentra la ermita de San Juan de Otero, un vestigio templario muestra de la peculiaridad de estos parajes plagados de cuevas.


Recomendable es también la visita al parque de las Lagunas de Neila. Situadas dentro de la provincia de Burgos, en las estribaciones de la sierra de La Demanda, muy próximo a Navaleno, se encuentra este paraje. Todo un atractivo para los aficionados a la montaña. Varias lagunas en la cima de la sierra permiten el disfrute de senderismo y prácticas al aire libre.