La consejera de Salud, María Kutz Peironcely, entregó la semana pasada en la primera planta de maternidad del Complejo Hospitalario de Navarra, una factura correspondiente a la asistencia recibida tras un parto normal, comentando con la paciente los datos de la factura, que ascendía a 2.125 euros.
Se trata de un gesto para lograr la concienciación de los usuarios sobre el valor de los procesos hospitalarios reflejados en una factura sanitaria que no abonarán y en la que se detallan las cifras reales del coste de los tratamientos.
La consejera recordó que son los ciudadanos quienes, a través de sus impuestos, financian la atención sanitaria. También resaltó “el gran valor de nuestro sistema sanitario, capaz de ofrecer a cualquier ciudadano sin preguntar su identidad ni su capacidad económica ni su situación social, el tratamiento preciso para su salud”, recalcando que “éste es un sistema equitativo y generoso que debemos cuidar porque es el mayor logro social que este país tiene”.
Posteriormente, la consejera, acompañada por un grupo de doctores, analizó diversas patologías de presencia común en el sistema sanitario. Las facturas, que estaban emitidas con el marchamo de “copia”, factura no válida, se correspondían a patologías habituales.
Así, se ha conocido lo que supone una cirugía de cadera con implantación de prótesis a una persona mayor,13. 220 euros; el proceso de normalización de un neonato, con un coste de 1.315 euros/día; un proceso respiratorio, 12.336,62 euros; o los 12.500 de un ictus. Entre los procesos más costosos se sitúan los trasplantes: 138.800 un trasplante cardiaco; 116.500 un hepático y 38.000 uno renal.
