Tudela

Querer, saber y hacerlo

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¿Por qué hoy en día es cada vez más importante renovar nuestros conocimientos y estar en constante reciclaje, tanto desde el punto de vista profesional como el personal?

La formación continua es fundamental. Hay que partir, en primer lugar, de una primera reflexión de cada persona. Primero, tendremos en cuenta el nivel de profesionalidad, ya que no hay que buscar el formarse por formarse, sino estar permanentemente alerta para hacer las cosas lo mejor posible en el rol que cada uno ocupa en la compañía. Lo que se busca con esto es que las personas tengan una serie de conductas, comportamientos y competencias profesionales.

¿Qué tipo de formación puede impartirse dentro de una empresa para que los trabajadores sigan avanzando en sus conocimientos?

Una cosa es la formación de regla, los cursos en sí; y otra lo que nosotros llamamos experiencias de aprendizaje. Para que una persona se integre en una compañía, tiene que conocer lo más básico: qué se hace, cómo relacionarse, cuáles son las normativas internas y externas o cuál es la cultura empresarial, entre otros muchos conceptos. Una vez que ya está en el puesto, debe conocer las rutinas de trabajo, la responsabilidad que tiene en la empresa y un componente más técnico, un conocimiento de la materia. Si hay una responsabilidad mayor, aparecen los elementos de gestión de equipos, de presupuestos, o incluso de proyectos. Dependiendo de esto, atendemos a la actitud del empleado: su profesionalidad, el querer hacer las cosas bien.

La empresa pone los medios y el escenario para que la gente se forme; después está la voluntariedad de cada uno, saber hacer y querer hacer. Para ello hace falta saber, y por lo tanto, tener más conocimientos sobre el ámbito en el que se trabaja. Esto requiere un sacrificio de tiempo y esfuerzo. Hay que documentarse, aprender, asimilar, poner en práctica, es decir, es un proceso más complejo de lo que parece. Pero es muy enriquecedor, tanto desde el punto de vista personal como profesional.

Por lo tanto, ¿es satisfactorio para el trabajador el adquirir nuevos conocimientos?

La satisfacción que produce sentir que uno ha progresado y avanzado supone un crecimiento y madurez personales. Lo más importante en este punto es la actitud, el querer hacer las cosas mejor. Las empresas lo valoramos mucho, ya que nos movemos en un entorno de alta competitividad, donde se requiere un nivel de exigencia alto y donde el mercado nos obliga a saber mucho y a hacer las cosas bien para poder sobrevivir como empresa. Para ello requerimos gente formada, inquieta y crítica. Una persona que sabe más que antes se vuelve más activa, hace sugerencias interesantes y críticas constructivas.

¿Por qué es tan importante saber elegir la formación que queremos llevar a cabo y no formarse de manera aleatoria?

Si el curso no tiene ningún aprendizaje ni una aplicación, será complicado que la persona vuelva a querer formarse de nuevo y, además, se desmotivará y no será gratificante para ella. Por lo tanto, la formación tiene que estar orientada hacia algo, debemos saber por qué queremos formarnos, tener la necesidad identificada para poder cumplir nuestros objetivos.