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Navarra obtiene el tercer premio del campeonato de España de pinchos y tapas

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Quería enseñar la esencia de nuestra tierra y apostó por la huerta y la imaginación. El resultado, toda una obra de arte. Salta a la vista que es fruto de horas de estudio previo, de muchas pruebas. Un trabajo minucioso que convenció al jurado de esta cuarta edición del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, que se acaba de celebrar en Valladolid. Al frente, como presidente del tribunal, el prestigioso cocinero Paco Roncero. Junta a él, artistas de los fogones como Jesús Ramiro, Jesús Santamaría, Julio Bienert ‘Julius’ o los hermanos Laurent y Jacques Pourcel, restauradores que cuentan con tres estrellas Michelín.

La competencia era grande. El director del certamen, Luis Cepeda, y los miembros del jurado que repetían este año confesaban que el nivel era excepcional, que mejora en cada edición. Elegir a los ganadores, por tanto, no fue tarea fácil. Paco Roncero lo reconocía poco antes de anunciar el podio de este campeonato de España. Un cuadro de honor que tuvo su hueco, en el tercer peldaño, para la Comunidad Foral. Navarra estuvo representada por cuatro establecimientos. Todos, esta vez sin la presencia del tudelano Javier Riega, del bar José Luis, procedían de Pamplona: bar Gaucho, restaurante Aralar, Café Niza y Baserri, con su “Huerta al cubo”.

Su creación, repleta de matices y colores, resultó una preciosidad estética. “He pretendido traer la huerta hasta aquí”, explicaba el cocinero, “y realzar su nivel, elevarla al cubo. Y darle un toque de diversión asemejándola al cubo de Rubik, tratando de jugar con los sabores, combinándolos, untándolo en las cremas y mezclando con los matices de la sal de jamón y el germinado de cebolla. Me ha costado mucho hacerlo, es muy laborioso, así que habrá que buscar la manera de hacerlo más cómodo, más fácil”, reconocía finalmente Ernesto. “Has presentado la versión de alta costura”, le apuntaba el presentador del certamen, el periodista Goyo González. “Ahora te falta convertirlo en pret a porter”, sentenciaba con humor.

El cocinero del Baserri quiso agradecer a la ciudad de Valladolid y a la organización el premio. “Es la tercera vez que vengo por aquí. Hasta ahora me he ido de vacío y esta vez me voy con un trofeo que pesa bastante. Y el premio económico (1500 €) que también está bien, aunque sea para mi jefe”, bromeaba.