El viernes comenzaron las fiestas del Villar con las dudas de si el cielo y la temperatura respetarían unos días en los que los corellanos salen a la calle para festejar sus fiestas. Los encierros, la música y la ronda de vinos fueron la antesala perfecta para el fin de semana que se avecinaba en la ciudad del Alhama.
Ya el sábado, unos 500 jóvenes (y no tan jóvenes) se citaron un año más en la calle San José para participar en la comida popular organizada por la Asociación Juvenil San Miguel. Al terminar, todos ellos vibraron en la Plaza de los Fueros con dj's de renombre como Dj Neil o Dj Nano. Una calle más abajo, en la Plaza del Ayuntamiento, la Banda de Música deleitaba con un concierto para que gigantes y dantzaris bailaran ante una plaza abarrotada. Fue en la última canción cuando se presentó el nuevo baile de 'la Calaceitada', una jota que lleva interpretándose desde el año 65 en la ciudad del Alhama, que lleva muchos años bailando los gigantes de Corella y que desde este sábado ya tiene unos pasos marcados para que la baile todo el que quiera.
El domingo por la mañana, algunos de empalmada, otros de resaca y otros, prudentes, con mejores caras, no faltaron a la cita en la ermita y los parajes del Villar. El olor a costillas impregnaba un ambiente festivo en el que los sarmientos volvieron a ser uno de los más preciados. No habían dado las 10 de la mañana y allí ya no quedaba ninguno. A pesar, de ello, entre amigos y familiares no hubo quien no pudiera poner a asar sus salchichas blancas, chistorras, pancetas, costillas, cebollas o huevos. A la hora del café el cielo, que ya barruntaba un gris amenazante, comenzó a avisar a los corellanos de que lo mejor sería continuar la fiesta al resguardo de los bares y así, casi todas las cuadrillas se bajaron al pueblo a seguir sus fiestas que duraron hasta altas horas de la madrugada. De hecho, aún hay alguno por ahí que todavía piensa que son fiestas y es que esta tarde las ferias están abiertas.
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