Este viernes día 17 está previsto que se celebre una segunda reunión entre el Comité de empresa de Rohm and Hass y la dirección de la compañía, tras el anuncio de reestructuración y cese de actividad de la planta tudelana, hecho público la semana pasada, que conllevará la pérdida de 54 puestos de trabajo. En este encuentro los trabajadores trasladarán a la multinacional su valoración de la oferta de indemnización que se les ha puesto sobre la mesa y sobre la que los miembros del Comité eludieron dar detalles hasta haber tomado una decisión conjunta. Lo único que adelantaron, en una rueda de prensa ofrecida tras la primera reunión de ambas partes, fue que “existen diferentes grupos de edad, desde personas de más de 55 años a trabajadores que llevan muy poco tiempo en la plantilla y hay que valorar la oferta por grupos y en conjunto”.
Tampoco definieron los miembros del Comité el tiempo que podría prolongarse la negociación. En cuanto a las exigencias laborales de la compañía mientras dure este proceso, los representantes de la plantilla aseguraron que “no hay ninguna exigencia concreta, simplemente que en un periodo de tiempo deben desaparecer las materias primas de la fábrica, por cuestiones de seguridad o de caducidad”. La noticia del cierre de la fábrica de Tudela ha sido aceptada por la plantilla con resignación, ya que consideran que “cuando una multinacional dice que se va, no hay marcha atrás”. No obstante, consideran “inadmisible que para ganar posiciones financieras se quiebren 54 vidas”, por lo que exigen a Rohm and Haas que resarza el daño causado.
Por su parte, desde la dirección de la compañía se valoró con optimismo la primera reunión con el Comité, si bien prefirieron mostrarse cautos “ya que no ha supuesto más que el punto de inicio de un proceso negociador “, ante el cual dicen mantener una actitud “abierta y decidida” para alcanzar un “acuerdo justo para todos”.
