El reflujo gastroesofágico consiste en el paso del contenido gástrico al esófago, causado por la relajación del esfínter esofágico inferior, y puede producir inflamación de la mucosa esofágica (esofagitis), que, si persiste en el tiempo, puede llegar a producir lesiones precancerosas. El material refluido puede ser contenido del estómago o del intestino. Los síntomas más frecuentes de esta patología son: pirosis (sensación de quemazón o ardor detrás del esternón hasta el cuello, más frecuente con ciertos alimentos como grasas, chocolate, alcohol, café y tabaco); disfagia o dificultad para deglutir alimentos; sequedad de boca; mayor frecuencia de infecciones dentales; tos crónica o asma; y sangrado oculto por ulceras en la mucosa esofágica.
La ERGE es la patología digestiva más frecuente en la práctica clínica actual ya que afecta al 20%-30% de la población y es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el especialista de Aparato Digestivo, tanto por la gran demanda asistencial que su sintomatología genera como por el elevado coste económico de los tratamientos.