Como cada mediado septiembre, Alfaro se transformó en un pequeño Ecuador. Como cada año, cientos de ecuatorianos tanto residentes en la localidad como en otras riojanas, navarras, aragonesas e, incluso, desde Cataluña llegaron para celebrar durante toda la jornada a su patrona, la Virgen del Cisne.
La festividad de la patrona de Ecuador coincide el 15 de agosto con la celebración de las fiestas patronales alfareñas, por San Roque y San Ezequiel. Por ello, desde hace años, la comunidad ecuatoriana alfareña traslada los festejos un mes, a mediados de septiembre, después de celebrar a la patrona de la localidad, la Virgen del Burgo. Por ello, las campanas, cohetes y música latina sonaron este sábado en honor a la virgen de la larga melena rizada.
La celebración comenzó con una eucaristía en la Colegiata de San Miguel, desde donde partió la procesión camino a las canchas del instituto Gonzalo de Berceo, donde se centralizaron las actividades.
