Frente al Soto del Estajao, uno de los más paseados por alfareños y visitantes, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) inició hace unas semanas los trabajos para definir un cauce de alivio que entre en funcionamiento en el momento de avenidas del río y evitar el fuerte impacto que sus aguas están produciendo sobre la margen derecha, en la que están ubicados los pozos de captación de Alfaro.
Durante los últimos años, una enorme lengua de sedimentos de grava ha formado una isla en medio del cauce del río a su paso por esta zona, variando su anterior recorrido. Esa lengua de grava ha ido creciendo y creciendo, siendo la mayor acumulación de sedimentos del cauce del Ebro según la CHE. Su aumento ha provocado que el paso del río se ha estrechado, mordiendo decenas de metros de margen derecha, dañando y rompiendo sus defensas sobre todo en época de crecida y amenazando los pozos de captación de Alfaro.
Desde hace cuatro años, el Ayuntamiento de Alfaro ha solicitado esta actuación a la CHE. Ahora, dentro de las obras de emergencia que acomete tras las prolongadas crecidas del Ebro en febrero y marzo, están en marcha. Así, varias máquinas trabajan moviendo grandes volúmenes de tierras y gravas en la zona, desplazando la lengua de gravas para fortalecer la margen derecha y abriendo el que será el cauce de alivio más próximo a la margen izquierda.
Con todo, aún esperada por el Ayuntamiento, colectivos como los ecologistas de Amigos de la Tierra o Izquierda Unida Alfaro han solicitado la parada inmediata de los trabajos al considerar que supone el mayor atentado ecológico contra la Reserva Natural de los Sotos del Ebro. Ante esta petición, la alcaldesa Yolanda Preciado ha insistido en la necesidad de retirar las gravas y proteger los pozos de captación.
