Gurelur ha denunciado recientemente “un aumento muy preocupante en la destrucción de nidos de avión común, cuando todavía contienen sus pollos”, lo que supone una “grave afección para esta especie protegida, que junto a la mortandad que les ocasionan los venenos que se utilizan en agricultura, están llevando a esta especie a una preocupante situación”.
La destrucción que se produce principalmente durante los meses de primavera y verano, fechas en las que las golondrinas están inmersas en la tarea de la reproducción. “Este deleznable comportamiento se detecta en la práctica totalidad de los pueblos y ciudades de Navarra, con el pretexto de que los aviones ensucian con sus excrementos las paredes y los suelos de los edificios donde ubican sus nidos”, señalan desde Gurelur.
El avión común es un pequeño pajarico, perteneciente a la familia de las golondrinas, que ubica sus nidos en paredes naturales y en edificaciones humanas, en este caso debajo de los aleros de edificios. Para ello, construye con un gran esfuerzo energético, una bola de barro con un pequeño agujero lateral de entrada.
Los ejemplares de avión común se alimentan de insectos, controlan de forma natural y gratuita las poblaciones de los molestos mosquitos (consumen unos 20 kg de mosquitos al año). El avión común es especie protegida y su muerte intencionada está penada.
