“Falta pedagogía sobre el papel de los ríos en nuestra sociedad y en nuestro entorno. Y las instituciones deberían fomentarla”. La frase es de Eduardo Navascués, de Ecologistas en Acción de Navarra. Y viene al hilo de la comparecencia que esta organización protagonizó junto al profesor y experto en dinámica fluvial de la Universidad de Zaragoza Alfredo Ollero en el Parlamento de Navarra la pasada semana.
"El ejemplo del Garona en Francia es muy bueno, allí los propios agricultores han decidido qué zonas van a ser inundarles"
Eduardo Navascués
Ecologistas en Acción de Navarra
En sede parlamentaria, Navascués y Ollero reivindicaron puntos de vista “diferentes y alternativos” a la gestión de las inundaciones del Ebro en la Ribera y la zona de Tudela. En su exposición, aseguraron que la resolución de los problemas concretos no tiene nada que ver con los problemas globales del río. “Nos ponemos en la piel de los agricultores que piden soluciones a sus problemas concretos, pero debemos ser conscientes de que las problemáticas del ayer se solucionan con la mentalidad de hoy en día”, asegura Navascués. En esa línea, uno de los puntos destacados que Ecologistas en Acción defiende es que el “sistema de motas es ineficaz y se demuestra cada dos años cuando hay inundaciones”.
Zonas de inundabilidad
Las avenidas del Ebro, durante los últimos años, han derivado en roturas de motas, algunas de ellas recurrentes, y que han obligado a la Confederación Hidrográfica del Ebro ha invertir en reparaciones. Para Navascués, una solución sería apostar por las zonas de inundabilidad. “No tiene sentido que en zonas como la de Ribaforada se esté constriñendo al río con solo 110 metros de anchura. Desde tiempos inmemoriales estamos roturando bosques de ribera y eso es un error. ¿Por qué no podemos recuperar sotos para devolver al río el espacio que le hemos quitado?”, se pregunta Navascués.
Para Ecologistas en Acción, esta apuesta solo tiene sentido “si se hace de manera consensuada”. “Todos debemos participar en esa gestión, los agricultores, la CHE, las administraciones... el ejemplo de Francia con el Garona es muy bueno. Allí han sido los propios agricultores los que han decidido qué terrenos van a utilizarse como zonas de inundabilidad, con sus correspondientes seguros o ayudas”, expresa Navascués.
“Tenemos que ver los ríos como aliados y no como enemigos. Muchas veces se habla de dragar, pero no tenemos en cuenta que las gravas o los limos forman parte del río y contribuyen a su dinámica”, sentencia.
