Allá por 2008, un grupo de vecinos de Cortes pidió permiso al consistorio para rehabilitar el maltrecho castillo de la villa, una joya arquitectónica que había sufrido las consecuencias del desgaste de su tejado en 1997 y unas fuertes inundaciones en 2004.
Se pusieron manos a la obra y crearon la Asociación Amigos del Castillo. El Ayuntamiento facilitaba los materiales, y los vecinos, una treintena, han ido consiguiendo restaurar una habitación por año. Limpiaban y acondicionaban mobiliario y alfombras. En mayo, tras la aprobación de una ayuda por parte del Consorcio Eder, una empresa se encargó de los trabajos más costosos. Unido a los esfuerzos de los altruistas cortesinos, en apenas meses se ha logrado rehabilitar lo que en un principio estaba previsto para seis años de trabajo.
Este sábado, el resultado de todo ese periplo se presentará en sociedad, con numerosas actividades y jornadas de puertas abiertas. Los voluntarios, que prefieren hablar como colectivo, contemplan ahora la realidad de una restauración que favorecerá al turismo en Cortes y La Ribera. "Hace unos años mucha gente ni siquiera era consciente de que en Cortes teníamos este castillo", señalan.
Apertura por todo lo alto
El castillo, que Alfonso I el Batallador recuperó para los cristianos durante su reinado, se encuentra en pleno centro de la localidad. Está rodeado de una huerta anexa de unos 25.000 metros cuadrados e incluido en la Ruta de Castillos de Navarra.
El Alcalde Javier Blasco comunicó como "El Castillo ha quedado listo para que se puedan hacer visitas guiadas de alrededor de una hora de duración"
