Tudela

Leandro Gil: “La exigencia es muy alta, pero ha sido alucinante poder trabajar con los hermanos Roca”

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El tudelano Leandro Gil Cacho, de 29 años, cambió las cocinas del Reino Unido, donde había acudido a sacarse las castañas del fuego, por las aulas de la Escuela de Cocina Luis Irizar, lugar en el que comenzó una etapa ligada al mundo gastronómico que espera que sea muy duradera. Ha realizado su etapa de ‘stager’ en el prestigioso Celler de Can Roca durante cuatro meses que nunca olviadará.

¿Cómo acaba un tudelano trabajando en el Celler de Can Roca?

Todo empezó cuando me fui a Inglaterra a aprender inglés trabajando como ‘kitchen porter’ (fregaplatos). Al poco tiempo me pusieron como ayudante de cocina y fue ese el momento en el que me empezó a picar el gusanillo. Como ahí notaba que no iba a aprender lo suficiente, decidí volver a España y hacer la entrevista en la Escuela Luis Irizar, tuve la suerte de ser aceptado, estudié en ella, pasé por grandes restaurantes como

Arzak, Akelarre, Molino de Urdániz y para terminar el Celler de Can Roca.

¿Cuál fue tu función dentro del equipo?

Empecé trabajando en la cocina de producción para luego conseguir pasar a la partida de pastelería, donde la mayoría, son pasteleros profesionales. Por último, terminé mi ‘stage’ en el pase de pastelería emplatando junto a Jordi Roca.

En la temporada en la que estuve en el Celler se utilizaba el cardo rojo; conocen muy bien la huerta ribera”

"No me podría quedar con uno de sus platos; todo lo que hacen es espectacular"

Leandro Gil

Cocinero tudelano

¿Cómo es un día de servicio en el Celler de Can Roca? ¿Y cómo es trabajar con estos tres genios?

Allí cada día era muy parecido, siempre sabías el número de comensales porque siempre estaba lleno. El día empieza a las 9h., con desayuno en el restaurante de los padres de los hermanos Roca. La jornada es de 9:30 a 12h. con los preparativos previos, de 12:30 a 18h. y de 20 a 1:30h., con descansos para comer y cenar, también en el restaurante de los padres. Trabajar con ellos era alucinante, como hubiera sido para cualquier persona que ama la cocina. Son personas que no se guardan nada y te ayudan en todo. Evidentemente es duro porque la exigencia es muy alta y todo tiene que salir perfecto y rápido.

¿Con qué enseñanza te quedas?

Por encima de cualquier cosa he aprendido que hay que tener humildad para aprender de cualquier situación y de cualquier persona.

¿Son conocedores de la huerta ribera y tudelana en el restaurante?

Cualquier persona de la cocina a nivel profesional como son ellos, conoce la huerta de Tudela. En la temporada que yo estuve allí se utilizaba el cardo rojo.

¿Con cuál de sus platos se queda?

No me podría quedar con uno. Para mi toda la cocina que hacen es espectacular: la dulce, la salada... y la labor de Josep a la hora de maridar los platos.

¿Qué espera para el futuro?

Ahora mismo trabajo en el Molino de Urdániz y allí vivo el día a día disfrutando de lo que hago. No me planteo de momento montar mi propio restaurante.