Fitero

Ángel Rupérez (Valentín Aplicaciones Industriales): “Las pymes son las empresas que están tirando de los pueblos de la zona”

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La lucha diaria de una mediana empresa, la que se libra en las oficinas, entre papeles y llamadas telefónicas, la llevan viviendo ya un cuarto de siglo en Valentín Aplicaciones Industriales. Esta pyme establecida en Fitero y dedicada a la rotulación industrial ha recibido recientemente el homenaje del Ayuntamiento de la localidad ribera por sus 25 años de trayectoria empresarial. Ángel Rupérez, uno de los dos hermanos de quienes nació la firma, muestra su agradecimiento de forma muy sincera. “Es de agradecer, porque los ayuntamientos no suelen acordarse de las empresas”, señala.

La trayectoria de esta compañía que ahora trabaja para clientes nacionales con proyección mundial comenzó con muchos menos medios que con los que cuenta en la actualidad. “El nuestro ha sido un crecimiento progresivo en lugar de explosivo”, relata Rupérez. “Empezamos con 2 empleados, después saltamos a 10... hasta convertirnos en lo que somos ahora hemos pasado muchas fases”, añade.

"Rótulos Valentín recibió el homenaje del Ayuntamiento de Fitero por sus 25 años de trayectoria empresarial"

La clave, según analiza, se ha fundamentado en “saber diversificar y buscar nuevas formas de sacar adelante el negocio”. “Parece muy manido, pero me gusta decir siempre eso de que no es bueno tener todos los huevos en una misma cesta. Si una se rompe, que es lo que les ocurre a muchas empresas, puede haber serios problemas”, señala.

Recuerdo familiar

Valentín Aplicaciones Industriales nació y se mantiene -aunque en la actualidad con 40 empleados procedentes de Fitero, Cintruénigo y Corella- como una empresa familiar. Por ello, durante el acto de reconocimiento al que asistieron los dos hermanos, Ángel y Valentín, hubo un emocionante recuerdo para sus progenitores. “Mi padre murió cuando mi hermano y yo éramos muy pequeños y mi madre tuvo que hacer de padre y madre a la vez. La constancia, el esfuerzo y el espíritu de sacrificio lo aprendimos con ella debido a esa circunstancia”, relata.

El paso a la informática

Rupérez apunta a 2005 como el año que supuso “un punto de inflexión en la empresa”. “Entonces fue cuando comenzamos a crcer más. Empezamos en nuestra nueva instalación, con clientes de mucho mayor tamaño y de características más industriales”, cuenta el menor de los hermanos Rupérez, quien también destaca su capacidad de adaptación técnica en “la transición hacia la herramienta informática”. De cara al futuro, un deseo en el horizonte. “Firmaríamos tener los números de este año, tal y como hemos capeado con la crisis en estos últimos tiempos”, dice Rupérez. “Las pymes, empresas de 15, 20, 30 o 40 trabajadores como la nuestra, son las que están tirando de los pueblos de la zona”, sentencia.

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