Las últimas crecidas del río Ebro dejaron cerca de 700 hectáreas anegadas, zonas de frutales y cultivos de cereal u hortalizas que se provocaron pérdidas todavía por calcular y daños en diversas infraestructuras agrarias y de riego.
Ante estos efectos, el Ayuntamiento de Alfaro estuvo “desde el primer momento” en contacto con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja para hacer frente a los daños, como explica la alcaldesa alfareña, Yolanda Preciado.
En cuanto fue posible tras bajar el nivel de las aguas, el perito municipal redactó el informe de daños que el Ayuntamiento remitió a ambos organismos de cara a declarar la actuación de emergencia en la zona. “Tras evaluar los daños y remitirles el informe, les reclamamos que actuaran de emergencia”, explica Preciado.
Inicio de los trabajos
La Consejería ya comenzaba la pasada semana los trabajos de refuerzo en las motas afectadas en Alfaro y Comarca. Y desde este lunes, los operarios y maquinaria de la empresa Tracsa, que trabaja para el Gobierno de España, comenzaron a trabajar en los diversos términos afectados en Alfaro, como Hormiguero y Viejamala, Estajao, Rompedizo, Alcañices… Precisamente en Hormiguero se localizaron los principales daños, donde el río mordió 70 metros del mazón que protege su paso. Para su recuperación fue precisa la colaboración entre las comunidades riojana y navarra.
Tras visitar cosechas de verduras y hortalizas de temporada totalmente destrozadas, el PSOE alfareño reclamaba la pasada semana que el Ayuntamiento solicite la declaración de zona catastrófica para los términos anegados por la crecida.
