Ni una sola denuncia relacionada con las deyecciones de animales en la vía pública registró el Ayuntamiento de Tudela durante el pasado año. A pesar de que la Ordenanza Municipal Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales establece en su artículo 27 que “el conductor del perro estará obligado a recoger y retirar los excrementos producidos en aceras, calzadas, zonas verdes... depositándolos, convenientemente envueltos, en los contenedores situados en la vía pública y responsabilizándose de la limpieza de la zona ensuciada” y que, si no lo hace, los agentes municipales “denunciarán a los infractores”, hasta el momento, no se ha sancionado a nadie por este asunto en la capital ribera.
Apertura de expedientes
Según señalan desde el Ayuntamiento, “no se tramita ningún expediente sancionador porque es prácticamente imposible detectar a un perro en el momento exacto en que realiza la deyección”, al mismo tiempo que aseguran que “es imposible poner a una persona que vigile a todos esos perros distribuidos por el término municipal de Tudela en horarios varios”. Mientras tanto, desde hace varios meses, agrupaciones de vecinos de diferentes zonas de la ciudad han emprendido una cruzada particular para acabar con esta situación y, a su vez, mentalizar a los dueños de los canes de que recojan sus deposiciones con carteles en los que pueden leerse frases como... ¿por qué no lo hace en tu casa?
Desde el área de Bienestar Social cifran en 4.312 el número estimado de perros censados en Tudela. Y, aunque no se han producido denuncias por dejar los excrementos sin recoger, durante 2008 sí se realizaron 18 expedientes sancionadores referidos a animales de compañía. La mayoría de ellos (14) por contravenir el artículo 24 en el que se afirma que sólo se permitirá la circulación de los perros que vayan conducidos mediante correa o cadena. Se da la circunstancia de que en una de las ocasiones, el animal provocó la colisión entre dos coches en la calle Camino San Marcial; mientras que otros dos perros, al permanecer sueltos en la vía pública, mordieron a otros tantos viandantes, uno de ellos un niño al que el can le ocasionó una mordedura importante en el cuádriceps. El no contar con la licencia administrativa para la tenencia de animales potencialmente peligrosos también ha sido motivo de dos infracciones, ambas de carácter grave (pueden llegar a alcanzar los 600 euros; las muy graves, 3.000 euros; y las leves, 150 euros). Ocasionar molestias a los vecinos también fue causa de sanciones económicas así como de la apertura de expedientes el pasado año.
