Tras la presentación de un concurso de acreedores en la fábrica de KPF de Tudela, los trabajadores han mostrado su malestar con la dirección de la empresa, considerando las acciones llevadas a cabo por la firma coreana como muestras de “negligencia empresarial”.
Desde el comité de empresa señalan que, durante el año 2013, el devenir de la empresa “dio un giro inesperado con la llegada del nuevo director, que planteó grandes inversiones con un futuro prometedor”. “Los pasos que ha ido dando la dirección en esa línea indican todo lo contrario: un desplome y nulo avance del desarrollo industrial de nuestra empresa”, dicen.
Promesas incumplidas
La paralización de la construcción de una nueva nave o de la llegada de nueva maquinaria son algunas de las decisiones que el comité de empresa considera que han contribuido a ese desplome. Por otro lado, señalan que su “principal cliente y antigua empresa”, SKF, les “ahoga con los estándares de calidad, el servicio de alquileres y el precio de los aros”. “Cuando SKF nos vendió, afirmó dejarnos en buenas manos y garantizó que el 100% de los aros se fabricarían en KPF, lo cual ha incumplido”, afirman desde el comité.
También denuncian la falta de transparencia “latente en la empresa”, ya que “el comité tenía conocimiento de que el día 4 de septiembre ya estaba aprobado el concurso por el juzgado y deberían haber sdo informados en consecuencia”. “Los administradores concursales estuvieron en la empresa el 10 de septiembre y no dieron ninguna información al comité”, sentencian.
