Ella está acostumbrada. También los porteadores y el resto del cortejo. Y, desde luego, los tudelanos y tudelanas que, como cada año, han arropado a la patrona en su recorrido a lo largo de las principales calles del Casco Antiguo de Tudela. Miles de personas han aguantado el calor reinante que casi siempre aprieta un 26 de julio y se han agolpado en balcones, aceras y otro rincones, buscando un lugar donde apreciar mejor el vestido dorado con el que Santa Ana muestra sus mejores galas.
No han faltado los 'vivas' y los piropos a lo largo de una procesión que se ha extendido durante unas dos horas. Las paradas espontáneas e improvisadas para entonar jotas a la 'abuela' de Tudela desde muchos balcones a lo largo del trayecto han elevado la emoción hasta niveles insospechados. Los auroros, por partida doble, en San Nicolás y en la plaza Mercadal, también han interpretado la 'Jota en recuerdo de mi madre', destilando notas de música llena de devoción para todos los allí presentes.
Uno de los puntos álgidos ha sido el tramo final de la calle Carnicerías, antes de llegar a la plaza de San Jaime, lugar en el que normalmente se producen pitadas y protestas contra los representantes políticos que acompañan a la patrona en el recorrido. Los regionalistas Iñigo Alli, consejero de Políticas Sociales y Deporte; Alberto Catalán, presidente del Parlamento de Navarra, y Juan Luis Sánchez de Muniáin, consejero de Cultura, han sido los principales focos de los gritos que, a diferencia de otros años, han resultado mucho más suaves. El baile de los gigantes y los dantzaris en la plaza Vieja ha supuesto el 'culmen' a una mañana en la que el olor a albahaca ha recordado a todos que el 26 de julio es el día más especial del año en Tudela.
