Tudela

Amarga derrota en el primer asalto

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Hacía ya seis meses que el aficionado del Tudelano no se marchaba del Ciudad de Tudela con un regusto amargo. Ya se había malacostumbrado a sacar pecho de los récords, las victorias y las andanzas de su equipo. El bofetón de realidad ha llegado quizás en el momento menos oportuno, cuando los malos resultados penalizan el doble al equipo que los sufre. En el primer asalto de la eliminatoria inicial del 'playoff' de ascenso a 2ª, el equipo blanquillo ha caído por la mínima ante el Hércules (0-1), al que ha plantado cara sin acierto en el ataque pero con sacrificio y mucha brega. Los herculanos se marchan a la vuelta con una importante ventaja y un premio demasiado generoso para su despliegue en tierras navarras.

El duelo era de los que gusta ver en las grandes tardes, aunque el cielo plomizo y la amenaza de lluvia quizás enfriaron a los cerca de 3.000 aficionados que se dieron cita en las gradas del viejo Elola. Algo aletargados por ese tiempo revuelto y desapacible salieron los protagonistas al terreno de juego. Los primeros minutos, como de costumbre en Tudela. Tanteo, precauciones y mucho respeto. No obstante, sobre el campo planeaba la sensación de que el Hércules era uno de los equipos con más hechuras que ha pasado este curso por el campo tudelano. Los de Vicente Mir acabarían demostrando que, defensivamente, son tanto o más efectivos que el conjunto de Manix Mandiola.

No fue un duelo de idas y venidas, de ocasiones claras. La medular y la zaga alicantina dominaron durante los 90 minutos a sus rivales blanquillos en su particular enfrentamiento a los puntos. Aun así, el equipo local, tirando de orgullo y de currículo, pues no hay que olvidar que ha llegado hasta aquí por méritos propios, pisó el acelerador durante algunos tramos de esa primera parte. En una de sus llegadas, rozó el gol. Chema Mato, algo intermitente en el choque, empalmó de zurda una dejada con la testa de Víctor Bravo. Un tiro franco y claro que solamente se desvió a córner al tocar en un defensa visitante. El resto fueron acercamientos infructuosos o poco concretos, como un cabezazo alto de Paris a centro de Bravo. Aun así, el público local pasó el tiempo de descanso con el regusto habitual de las buenas sensaciones.

Sensaciones que se esfumarían con la salida de vestuarios para terminar la tarea. Tras el descanso, el Hércules, sin proponer juego ni tampoco llevar el peso de la posesión, se encontró más cómodo que antes y terminó aprovechando su oportunidad. En el Tudelano, Álex Sánchez, Bravo y, sobre todo, Paris, se veían ahogados y taponados por una defensa que manejaba las ayudas y las coberturas a la perfección, con una marcha más alta que su adversario. Esa buena puesta en escena de la retaguardia alicantina penalizaría al Tudelano, no tan inspirado como en otras ocasiones. En partidos tan cerrados como este, los errores se pagan ante un equipo con mimbres. Le pasó al Tudelano. Un despeje no demasiado fuerte de Lalaguna lo convirtió Javi Flores en una internada que goteaba veneno. Tanto que, tras internarse en el área y acomodarse para el disparo, fusiló a Pagola y terminó con el récord de imbatibilidad del arquero pamplonés.

El Ciudad de Tudela enmudeció por momentos. La hasta entonces tenue ruidera de los 250 aficionados llegados desde Alicante contrastaba con el silencio seco de la hinchada local. El récord de imbatibilidad, los seis meses invicto... demasiadas cosas bonitas como para perderlas en un suspiro y en una cita tan trascendente. Los pupilos de Mandiola acusaron el golpe durante unos minutos y, como era de esperar, el Hércules renunció definitivamente a jugar, manejando con picardía y habilidad las pérdidas de tiempo y el juego sin continuidad. Solo con la entrada en escena de Iván Martín y Valero, el Tudelano mejoró algo. En la recta final, el equipo dio tres pasos al frente y arrinconó a los visitantes, ganando la línea de fondo en varias ocasiones. Víctor Bravo e Iván Martín tuvieron las más claras para poner un empate que quizás habría cambiado las cosas. Pero los zagueros y un seguro Chema bajo palos abortaron los chispazos locales con eficacia y mucha frialdad. El pitido final terminó con medio año de increíbles resultados, con un desenlace injusto por lo visto en el campo, y con una eliminatoria muy de cara, quizás demasiado, para un Hércules funcional pero no tan ambicioso como se presuponía. El Rico Pérez dictará sentencia.

Ficha técnica

TUDELANO: Pagola; Delgado (Valero, m.65), Lalaguna, Jonathan, Dani Gómez; Chema Mato, Lázaro; Paris, Ibai (Iván Martín, m.73), Víctor Bravo; y Álex Sánchez.

HÉRCULES: Chema; Álvaro, Atienza, Álex Muñoz, Peña; Vivi, Juanma (Yeray, m.64); Javi Flores (Nieto, m.88), Chechu, Miñano; y Mainz (Mariano, m.82).

ÁRBITRO: Fernández Pérez (Comité Catalán), asistido por Huertas y Bartomeu. Amonestó por el Tudelano a Lalaguna y por el Hécules a Juanma y Mariano.

GOL: 0-1, m.60: Javi Flores.

INCIDENCIAS: Unos 3.000 espectadores en el Ciudad de Tudela, con presencia de unos 250 aficionados llegados desde Alicante.